Se precisa acelerar la digitalización de la economía en Colombia


Economía digital en Colombia


En esta entrada:

Participa activamente de la acelera la digitalización de la economía en Colombia y adopta nuevas tecnologías para enfrentar los desafíos económicos y las crisis actuales. Descubre los antecedentes, la actualidad y los avances de las empresas colombianas en su adaptación a la nueva realidad y en su proceso de transformación digital.

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Este post hace parte del tema Marketing Digital.

Se precisa acelerar la digitalización de la economía en Colombia


Los antecedentes de la digitalización

Durante lo que va del nuevo milenio y su decada precedente, se han presenciado situaciones económicas trascendentales, cambios empresariales, el advenimiento de fenomenos y modelos disruptivos, así como profundas crisis que delimitaron una era.

Desde la apertura económica de los 90, pasando por movimientos globales y nuevos escenarios de competencia, se han interpretado las transformaciones de la economía, las finanzas y los negocios. 

Este siglo comenzó enmarcado por la modernización de la economía y el boom de las nuevas tecnologías. Entre 1995 y su pico en marzo de 2000, el índice bursátil Nasdaq Composite subió un 400%, sólo para caer un 78% desde su pico en octubre de 2002, renunciando a todas sus ganancias durante la burbuja.

El final del siglo pasado no estuvo ausente de diversas y grandes crisis que dejaron profundas marcas en la economía de la nación. Una de ellas, la más crítica, se inició en los países asiáticos entre 1997 y 1999 a partir de la flotación del bath tailandés; la cual resultó en una brusca devaluación de la moneda tailandesa, que se manifestó en una fuerte fuga de capitales y una caída vertiginosa de su bolsa de valores, estremeciendo los mercados mundiales. Al llegar a Colombia incidió decididamente en el colapso el modelo financiero hipotecario, contribuyendo con una contracción económica de más del 4%.

No es raro, entonces, la desconfianza en los negocios basados en lo digital, a pesar de ser tan susceptibles a los movimientos de la economía global y de los irrefutables casos de éxito de Facebook, Amazon, Uber, Aibnb, Netflix, Alibaba y muchos otros tantos que se fortalecieron en la última gran crisis mundial.

De las crisis pasadas a las vigentes

Actualmente se presenta una crisis mucho quizá significativamente más crítica que la vivida hace casi veinticinco a treinta años: La pandemia, además de las vidas lamentable e inesperadamente arrebatadas directamente o en sus secuelas, doblegó la economía, acabó con millones de empleos, e hizo retroceder décadas al país y al mundo en materia social.

Según el banco mundial, la economía colombiana para el año 2020 cayó -6,8%, logró crecer 9,9% en 2021 y creció sólidamente a una tasa de 7,5% en 2022, pero la economía se sobrecalentó con la actividad operando por encima de su potencial, una inflación acelerada, y un alto déficit de cuenta corriente. 

Para 2023 pronosticó que la economía colombiana sólo crecerá 1,3%. La buena noticia es que para 2024, la economía del país se recuperaría al 2,8%, de acuerdo a estas estimaciones. Sin embargo el panorama internacional no es grato: para 2023 se prevé que la economía del mundo crecerá 1,7% y 2,7% en 2024, motivada principalmente por la alta inflación y las elevadas tasas de interés que están desacelerando el crecimiento económico y provocando la reducción en la inversión, una crítica situación a la que se suma la invasión rusa a Ucrania. 

Debido a estas condiciones tan frágiles, cualquier nuevo evento macroeconómico inesperado, como una inflación más alta, mayores aumentos en la tasa de interés o el incremento de las ya crecientes tensiones geopolíticas, podrían empujar a la economía mundial a la recesión.

Colombia, debido al Covid-19, a marzo de 2023 superaba los 6,3 millones de contagios y contaba más de 142.000 muertos.Sin duda, la pandemia y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania han propinado terribles golpes al país y al planeta. 

Las lecciones aprendidas para dar un salto al futuro

La cuarentena debida a la pandemia dejó poderosas enseñanzas. Una de ellas fue la aceleración de la incorporación de diversas tecnologías a la vida nacional. El teletrabajo se convirtió en una opción permanente, los niños y jóvenes tuvieron que adecuarse a nuevos procesos educativos por medios virtuales, la telemedicina se volvió prioritaria y el e-commerce vive hoy el mayor auge en su historia.

Las empresas tuvieron que dar un salto tecnológico gigante y veloz. Según la extinta revista Dinero, una encuesta de McKinsey reveló que en promedio adelantaron siete años en cambios digitales.

Sin embargo, al consultar cómo van las empresas y los sectores colombianos en el proceso de adoptar las nuevas tecnologías y acelerar hacia la cuarta revolución industrial se encuenntran decenas de casos empresariales que han logrado, en medio de negocios tradicionales, reacomodarse a la nueva realidad gracias a la tecnología y al comercio electrónico.

También hay un auge en la banca electrónica y nuevos escenarios ampliados por medio de la tecnología y las telecomunicaciones para sectores como el agrícola. Se trata de uno de los mayores retos para la transformación productiva.

A pesar de los esfuerzos, los resultados no son los mejores. Hace apenas unos días, el International Instítute for Managemen Development publicó su ranking de países digitalizados. En la muestra de 63 naciones, en 2020 Colombia ocupó el puesto 61, mejorando la posición para 2022 quedando en 59, siendo aventajada por Perú (57), México (56) y Chile (39).

La tecnología es fundamental para el desarrollo económico y social del país en los negocios, el gobierno, la educación y la salud, entre muchos otros frentes. No sólo porque le da una mayor productividad al aparato empresarial y a la gestión pública. También porque, lo más importante, reduce brechas de desigualdad y democratiza el acceso a los servicios y al conocimiento.

Esto resulta fundamental en momentos en que las tensiones sociales aumentan y la pobreza en el planeta crece ante las secuelas de la pandemia, la guerra y la amenaza de recesión ecpnómica mundial. Según cálculos del Banco Mundial, en 2030 cerca de 600 millones de personas estarán en situación de pobreza extrema. Colombia, por supuesto, no se salva.

Ahora, este año ha tenido un particular salto en la boom de las tecnologías basadas en Inteligencia Artificial tales como chatbots, robótica, diseño y la impresión 3D. Una nueva destrucción y creación de empleos y emprendimientos esta ocurriendo y Colombia no está preparada como en los años del auge de la globalización. 

Para la construcción de un futuro deseado que beneficié a la mayor población posible, es indispensable aumentar capacidades para administrar adecuadamente la riqueza en recursos biológicos e intelectuales en esta nuevo aceleron que tiene la era del conocimiento. Es decir, debemos mejorar nuestro conocimiento y uso de estas nuevas tecnologías.

Entonces, basicamente, es un deber patriotico y humanitario de cada individuo el hacer uso de todas las herramientas e instrumentos para crear valor y reactivar la economía, siendo especialmente dedicados a mitigar el hambre y la miseria, y hasta donde sea posible, suerar las secuelas de la pandemia, resistir las colateralidades de la guerra y la recesión y las grietas que tiene el país en lo social.

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