Prospectiva: ¿Moda, tendencia o necesidad constante del ser humano?

Prospectiva: ¿Moda, tendencia o necesidad constante del ser humano?


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Descubre la importancia de la prospectiva como disciplina para estudiar el futuro y construirlo desde el presente. Explora cómo la prospectiva ha sido utilizada a lo largo de la historia y su relevancia en la toma de decisiones estratégicas a largo plazo. Aprende cómo superar el "sesgo del presente" y adoptar una mentalidad orientada al futuro para alcanzar el desarrollo sostenible.

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Este post hace parte del tema Prospectiva estratégica.

Prospectiva: ¿Moda, tendencia o necesidad constante del ser humano?

La prospectiva es una disciplina de las ciencias sociales que se encarga de estudiar sistemas complejos en el largo plazo, cuyo mensaje dicta que no es necesario sufrir o sólo aceptar el futuro, sino que este puede y debe construirse desde las acciones del presente. Consecuentemente, el filósofo Maurice Blondel afirma: El futuro no se prevé si no que se construye. Examinar el futuro significa analizar el cambio, siendo la prospectiva el vehículo que permite abordar el cambio de la manera más acertada (Mojica F, 2005).

El interés del ser humano por deparar el futuro siempre ha estado latente. Desde la consulta a los oráculos, el desarrollo de la estrategia militar, así como en el desarrollo de las ciencias matemáticas y de la estadística; sobre todo si se considera que las ciencias buscan explicar la realidad desde modelos que a su vez se acerquen a predecir eventos futuros de los mismos. Esto se observa en la conducta de las diferentes etapas evolutivas de su historia como especie racional, como en el establecimiento de los asentamientos permanentes como consecuencia de la revolución agrícola, que dio la posibilidad a los pueblos de contar con excedentes alimenticios, y que a su vez motivó la planeación de las cosechas, experimentar, descubrir y establecer métodos basados en la estimación de eventos futuros como el clima y los tiempos para recolección o cría.

En otro ejemplo notable, los escoceses Alexander Webster y Robert Wallace en 1744, soportados en la estadística, las probabilidades y el interés manifiesto de explorar el futuro, crearon una de las mayores compañías de pensiones y seguros del mundo conocida como “viudas escocesas”, en la cual se acercaron a predecir cuantos pastores morían cada año, cuantas viudas y huérfanos dejarían y cuantos años sobrevivirían las viudas a sus maridos, logrando determinar así cuánto debían pagar los pastores con la finalidad de que el fondo contara con dinero suficiente para cumplir con sus obligaciones.

La experiencia ha demostrado que las soluciones que se enfocan hacia la construcción de un futuro deseado suelen motivarse desde la intención de evitar lo prevenible y las sorpresas desagradables, así como materializar las expectativas de generaciones conscientes de la irreductibilidad del tiempo, por lo que numerosos países desarrollados en Europa, América del Norte y Asia han fortalecido estas capacidades, llegando a proyectarse cuarenta o cincuenta años en el futuro y logrando la consecución de sus objetivos. 

Infortunadamente, los seres humanos padecen del "sesgo del presente", la tendencia evolutiva de la mente a dar prioridad a necesidades a corto plazo en vez de las de a largo plazo. según el psicólogo Hal Hershfield, los seres humanos no están diseñados para pensar hacia adelante en el futuro más lejano porque necesita enfocarse en proveer para si mismo y su prole en el aquí y ahora, por lo que postergar la recompensa no es una acción instintiva, como se observa en unas pocas especies, sino una acción netamente racional, lo cual evoca aquella hipótesis que establece que los países más desarrollados son aquellos con estaciones, lo que les obliga a un nivel mucho mayor de anticipación y previsión hacia el futuro, dados.

De forma similar en Colombia y demás Latinoamérica, el diseño de políticas públicas, así como el proceso de desarrollo y toma de decisiones de instituciones estatales y de empresas privadas, principalmente las más pequeñas, ha adolecido en su mayoría de una escasa profundidad estratégica e insuficiente enfoque de largo plazo, lo cual conlleva a no aprovechar adecuadamente las oportunidades de crecimiento y de fortalecimiento temprano para mitigar riesgos, amenazas e imprevistos, regidos ante intereses o necesidades inmediatistas de gobiernos estatales y corporativos limitados por las exigencias de comunidades que también piensan en corto plazo, o lo que actualmente se denomina como "populismo".

En consecuencia, la adopción de la Prospectiva como herramienta para el estudio del futuro se constituye no sólo en una formula que facilita el desarrollo de los territorios y las organizaciones, sino que llega a tocar la responsabilidad social que implica el legado que la actual generación entrega a sus descendientes y sobrevivientes.  

De esta manera, se comulga con la premisa de que la mejor manera de predecir el futuro, es construirlo.


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